Tipos de microprocesadores

El plástico puede que revolucione la industria de los semiconductores, pero en ciertos aspectos de la creación de los microprocesadores, no parece que será una increíble revolución. La sofisticación de los ordenadores imprimibles es todavía muy sencilla. Actualmente, los dispositivos fabricados con plástico solo pueden producir transistores a una escala de 25 micrómetros, que está muy lejos de la resolución de .2 micrómetros que se necesitan para crear un microprocesador que funcione.

Intel es capaz de agrupar un total de 10 millones de transistores de solo unos cientos de nanómetros de tamaño en un chip de silicona. Para que nos hagamos una idea, un nanómetro es una billonésima parte de un metro.

Muchos investigadores te dirán que los componentes de un ordenador imprimible no están diseñados para reemplazar a la silicona. Inicialmente, veremos estos dispositivos imprimibles usados para proveer de inteligencia a objetos de uso diario. Como se ha dicho en el artículo anterior, serán integrados en ropa, etiquetas de alimentos, juguetes y muchos más objetos relacionados con la vida cotidiana.

Una de las aplicaciones más excitantes para la tecnología imprimible de este tipo, es crear un papel de pared que podría tener la función a su vez de pantalla de televisión y de monitor de ordenador. También está en marcha un plan para construir una cámara digital dentro de una tarjeta de visita.

El plástico ofrece algunos beneficios sobre la silicona. La silicona es rígida, mientras que los chips de plástico son flexibles, permitiendo que se pueda poner en multitud de superficies. Sin embargo, el problema es que a pesar de la grande s expectativas que genera este material, los transistores inorgánicos impresos son todavía más de cien veces más lentos que los transistores convencionales que se pueden encontrar en los chips de silicona.

Básicamente, los ordenadores imprimibles representar la fusión de las tecnologías de impresión convencionales con la fabricación de chips de ordenador, para poder producir componentes más flexibles y baratos.

Mientras que todavía siguen habiendo muchos obstáculos en su desarrollo, algunos productos de este tipo ya están preparados para entrar en el mercado, como por ejemplo ciertos tipos de teléfono móvil de última generación y ropajes computerizados. La próxima década puede que ya tengamos la completa posibilidad de imprimir nuestros propios dispositivos electrónicos y sofisticados ordenadores.

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